

HÉRITAGE
POUR UNE APPROCHE TRANSVERSALE
Situé au Sénégal, dans la baie de Dakar, l'île de Gorée est un lieu de valeur inmenso universelle. Simboliza el cordón umbilical qu'une Europa, África y América y es testigo de una dolorosa experiencia sin precedentes in la historia de la humanidad: el tráfico de millones de seres humanos mediante el crimen de la esclavitud.
Hoy, esta isla desempeña un papel de primer orden en el reconocimiento de las culturas, la historia y la memoria africanas. Tras el trauma de la esclavitud, Gorea se ha convertido en un epicentro -un lugar que ha sido testigo de un acto simbólico tras otro para el establecimiento de una paz duradera- y en una tierra de peregrinación para toda la diaspora africana.
En 1994, a été créé un programme de l'UNESCO en un autre lieu de mémoire : Ouidah, au Bénin. Desarrollado en colaboración con la Organización Mundial del Turismo, el objetivo de este programa era cristalizar la memoria de la esclavitud en torno a un itinerario conmemorativo denominado "La Ruta del Esclavo", que traza el camino de los cautivos hasta los barrotes que se los llevaron pour toujours. Esta iniciativa, basada en lo que se conoce como "turismo ético", para la promoción de un determinado tipo de turismo cultural : el de la memoria, pretendía -siguiendo el ejemplo de las iniciativas puestas en marcha en Gorée- dar a conocer el destin de quienes fueron arrancados de su continente y sensibilizar a todas las comunidades del mundo, para que semejante tragedia no cayera nunca en el olvido y no volviera a repetirse.
Estos millones de hombres y mujeres salieron de Gorea, Ouidah u otros centros de trata de esclavos y llegaron a Nueva Granada (antiguo nombre de la región correspondiente a los actuales estados de Colombia, Panamá, Venezuela y Ecuador) más o menos al mismo tiempo que los primeros colonos europeos. La esclavitud fue autorizada por primera vez por la Corona española en 1510. Su evolución de esclavitud doméstica a esclavitud en plantaciones ha variado según las necesidades económicas del país, principalement agrícolas, a lo largo de la costa del territorio.
Las estimaciones sobre el número de esclavos llevados de África a Colombia varían. Se calcula qu'entre 130.000 y 180.000 personas vivían cautivas en el país sudamericano a finales del siglo XVIII. El principal puerto de entrada estaba en la ciudad costera de Cartagena, y los esclavos procedían de diversas partes de África, así como de diferentes grupos lingüísticos y étnicos.
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En 1812, Cartagena a interdit l'importation d'esclaves et en 1819, en el Congreso de Angostura, se fijó el objetivo de la emancipación totale pero progressive. En cualquier caso, la esclavitud siguió existiendo, aunque cada vez en menor número, hasta su abolición definitiva el 21 de mayo de 1851. Sin embargo, la prohibición de esta práctica no significó su eliminación, y duró mucho tiempo antes de desaparecer gradualmente con el pas de temps. Décadas plus tard, en 2002, como homenaje a su abolición, el 21 de mayo fue declarado Día de la Afrocolombianidad.
Hoy, en Colombie y otros países, se conmemora este doloroso pasado y las celebraciones van acompañadas de múltiples procesos de reivindicación y reconocimiento de las culturas de los pueblos afrodescendientes y, en general, hacen parte de las luchas por los derechos humanos y la dignidad de les pueblos. La conciencia y el conocimiento de la historia y de los orígenes son características esenciales del proceso de formación de la identidad cultural de los pueblos. Por esta razón, el reconocimiento de las culturas de los pueblos africanos y afrodescendientes ha sido siempre una lucha decisiva para el continente y su diaspora. En esta perspectiva, si la isla de Gorée es el punto de partida de una historia desgarradora de la humanidad, también representa la herencia de la diaspora africana in el mundo. Esta memoria de la identidad cultural africana ha permitido valorizar un cierto patrimonio, en el que la "isla de la memoria" se ha convertido en "templo del saber", instrumento de mediación cultural y lugar de encuentro de los pueblos negros de África, América Latina, el Océano Índico y las islas del Caribe. La protección de este patrimonio es de suma importancia para la comunidad internacional en su conjunto.